Salir a caminar habitualmente y a buen ritmo, como ejercicio físico, es algo muy beneficioso
como hemos comentado en multitud de ocasiones. Sin embargo, va llegando
el calor y a muchos les parecerá que apetece más ir a relajarse en la
playa que cualquier actividad física porque hace demasiado calor. La
realidad es que podemos combinar ambas aficiones, y
caminando por la playa obtendremos beneficios que no conseguíamos
haciéndolo en cualquier otro sitio, te contamos el porqué de ello.
Tanto para controlar el peso como para mejorar la
circulación, andar por la playa es más recomendable que hacerlo por
otros sitios. Además de los beneficios a nivel cardiovascular, con el
habitual estímulo del flujo sanguíneo que produce una actividad como
caminar, cuando se hace por la playa se promueve en mayor medida la quema de calorías al multiplicarse el esfuerzo necesario para levantar el pie en la arena.
Tobillos, gemelos, sóleos, cuádriceps y la musculatura de las piernas en general se verán más solicitados sobre esta superficie,
y esto sin aumentar el impacto con la ella, que sigue siendo blanda,
aunque a veces sí debemos tener más cuidado para evitar torceduras si es
irregular. Otro de los beneficios de andar por la playa es el efecto de
las olas y el yodo del agua, que estimulan la circulación y ayudan a prevenir las varices.
Algo que sí debemos cuidar son los horarios, pues protegerse del sol es importante para la salud.
De lo contrario, podríamos sufrir quemaduras o golpes de calor. La
primera hora de la mañana o después del atardecer son quizá los mejores
momentos, y el agua, los protectores solares y las gorras serán nuestros
aliados.
En cuanto a si es mejor andar por la parte seca o la mojada, en
realidad ambas son buenas opciones y dependerá de nuestros objetivos
concretos. La seca ofrecerá más resistencia y puede ser
irregular, por lo que es más exigente. La mojada puede ser más
recomendable si el nivel es bajo o para empezar, y la opción de ir
alternando puede ser muy útil también. Sobre el calzado, si es sólo para
andar en principio no debería haber problemas para hacerlo descalzos. Para correr, en cambio, habría más dudas sobre si el calzado es adecuado o no, ya que la tendencia en muchos casos es eliminarlo, aunque a mí personalmente me gusta protegerme con él.
Artículo extraído de Sportadictos